9 feb 2012

Bruselas convoca al Eurogrupo para desatascar la crisis del rescate griego.
El Gobierno griego, dividido ante el ajuste de las pensiones que exige la 'troika'.

La convocatoria de una reunión del Eurogrupo para hoy jueves, a las seis de la tarde, es un claro indicador de que el acuerdo sobre el segundo rescate de Grecia está más cerca. O no. Porque el Gobierno griego aún no ha dado una respuesta clara a las exigencias de la UE para recibir las nuevas ayudas. Tras siete horas de reunión, el primer ministro griego, Lukas Papademos, obtuvo de madrugada el respaldo de los tres principales líderes políticos (Yorgos Papandreu, del socialista Pasok; el conservador Antonis Samaras, de Nueva Democracia, y el jefe del partido de extrema derecha, Yorgos Karatzaferis) a gran parte del plan de ajuste propuesto por la troika, que componen la Unión Europea (UE), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo (BCE). Pero el desacuerdo de los tres partidos que componen el Gobierno de Atenas sobre el recorte de las pensiones impidió una respuesta positiva a la troika. Previamente, el presidente del Eurogrupo, Jean Claude Juncker, había advertido de que la reunión de los ministros del euro no se celebraría hasta que no hubiera un pacto en Atenas.

La cita en Bruselas ha obligado al ministro heleno de Finanzas, Evangelos Venizelos, a ausentarse de Atenas sin haber cerrado un acuerdo nacional sobre las condiciones del rescate. Antes de partir ha dicho que tiene "la esperanza de que el Eurogrupo tome una decisión positiva respecto al nuevo plan de ayuda".

El acuerdo sobre Grecia se sostiene sobre tres patas. El compromiso de nuevos ajustes sociales por parte del Gobierno y los partidos políticos griegos, un acuerdo con la banca por el que acepte unas pérdidas de hasta el 70% de su inversión en Grecia y la disposición de la UE y el FMI a conceder un segundo paquete de ayudas que podría oscilar entre 130.000 y 145.000 millones.

Los recortes son especialmente traumáticos para un país que empieza su quinto año de recesión y que está cada vez más próximo a la explosión social. Los sindicatos han convocado más manifestaciones para hoy tras la huelga general de anteayer. Los ajustes que se debaten ahora, muchos de los cuales son compromisos anteriores no aplicados aún, incluyen una reducción de gastos sanitarios de 1.100 millones; recortes en Defensa y en la Administración local, de 400 millones en cada caso; reducción del salario mínimo en un 22% (pasaría de 750 euros brutos a 586 en 14 pagas), reducciones del 15% en las pensiones complementarias y aplicación del acuerdo anterior de eliminar 15.000 empleos del sector público.

Para alcanzar un acuerdo con la banca se celebrará hoy en París una reunión del comité de acreedores privados, bajo la dirección del Instituto de Finanzas Internacionales. El acuerdo prevé canjear unos 200.000 millones de deuda pública griega en manos de los bancos y compañías de seguros principalmente, por títulos con vencimiento de hasta 30 años, en una operación que supondrían una reducción de la deuda griega en 100.000 millones. El tipo de interés de estos nuevos títulos será próximo al 3,5%, lo que puede suponer unas pérdidas de hasta el 70%.

En la operación, el BCE, que junto a los bancos centrales tiene unos 50.000 millones de bonos de deuda pública de Grecia, debatirá hoy su contribución al rescate. El banco emisor podría traspasar los bonos en su poder al Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) en determinadas condiciones para que no sufriera pérdidas. Con todos estos canjes de deuda se espera reducir su peso sobre el producto interior bruto (PIB) desde el 160% actual hasta el 120% en 2020, lo que tampoco implica mucha sostenibilidad, dado el débil aparato de recaudación fiscal de Grecia.

La renuncia de la troika a exigir la eliminación de dos pagas extras que perciben los trabajadores del sector privado contribuyó en buena parte a desencallar las negociaciones y a que los partidos políticos, que se enfrentan a unas nuevas elecciones en abril, aceptaran un principio de acuerdo sobre ello. El Gobierno griego espera que a cambio de las rigurosas exigencias de la troika logrará un segundo paquete de créditos que oscila entre los 130.000 y los 145.000 millones de euros. Grecia debe efectuar un pago de 14.500 millones el 20 de marzo.

Las reformas necesarias
Los tres partidos que sostienen el Gobierno griego (socialistas, conservadores y ultraderechistas) debatían ayer las reformas necesarias para que la UE apruebe el segundo rescate, de 130.000 millones. Estas son algunas de las medidas:
Recorte en 2012 del gasto público en un 1,5 % del PIB, unos 3.300 millones.
Lo más polémico es la reforma laboral, que incluye una rebaja de entre el 20% y el 25% del salario mínimo (750 euros en 14 pagas), el recorte del 20% de las pensiones superiores a 1.000 euros. La troika podría renunciar a la supresión de una paga extra en el sector privado.

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La crucial reunión que han mantenido durante ocho horas el primer ministro griego, Lucas Papademos, y los líderes de los partidos políticos helenos para decidir su respuesta a las exigencias de la troika (BCE, CE y FMI) ha concluido a última hora de la noche sin consenso.

Según un comunicado emitido por Papademos, los líderes de los tres partidos que forman la coalición del Ejecutivo heleno están de acuerdo con el programa pactado con la troika, salvo un punto que necesita más negociación. Este punto, según varias cadenas de televisión griegas, son las pensiones, que deberán ser recortadas, o bien en sus complementos, muy importantes para el monto total que reciben los griegos, o bien en su totalidad, en un 15%, lo que afectaría a las rentas más bajas
"Los líderes políticos examinaron el programa económico que acompaña el nuevo préstamo. Se pusieron de acuerdo en todo el programa con la excepción de un punto que necesita más negociación con la troika", señaló Papadimos en un comunicado.

Según confirmó Panos Beglitis, el portavoz del Movimiento Socialista Panhelénico (PASOK), primer socio de gobierno, ése es el punto que enfrenta al líder socialista, Yorgos Papandreu, con el líder de la conservadora Nueva Democracia (ND) y segundo socio del gobierno, Antonis Samarás.

"Samarás insistía en que no sean reducidos los suplementos de pensiones y la troika -Fondo Monetario Internacional(FMI), Banco Central Europeo (BCE) y Comisión Europea (CE)- en contrapartida exigía la reducción de las pensiones, lo que no aceptaba Papandreu", informaron fuentes del PASOK al canal MEGA.

'Serias reservas'
El primero en abandonar el edificio del primer ministro, en medio de una gran confusión, fue Yorgos Karatzaferis, líder del partido ultraderechista LAOS y tercer socio del gobierno, que se marchó antes incluso de que el encuentro se diera por concluido.

"No puedo en una hora tomar una decisión que condicionará el futuro del pueblo durante 40-50 años", dijo Yorgos Karatzaferis, líder del partido ultraderechista LAOS y tercer socio del gobierno, al abandonar la sede del primer ministro en Atenas, en medio de una gran confusión.

En su comunicado, Papademos reconoce que Karatzaferis expresó en la reunión "serias reservas" sobre el acuerdo.

Samarás, por su parte, dijo a la prensa que "hay un problema sobre la pensiones, y seguimos negociando duro por los pensionistas".

Poco después de la reunión, las televisiones griegas mostraron a la delegación de la 'troika' entrando en la Mansión Máximos, sede del Gobierno, donde seguían esta noche reunidos con Papademos y el ministro griego de Finanzas, Evangelos Venizelos, para tratar de negociar los detalles que quedaron sueltos.

En esa cita no participan los líderes de los partidos de la coalición de gobierno, pero las cadenas de televisión griegas estimaron posible que sean convocados una vez más tras la reunión de Papademos con la troika.

El primer ministro aspira a que se llegue a un consenso antes de la reunión de los ministros de Finanzas del Eurogrupo convocada para las 17.00 GMT del jueves en Bruselas para tratar sobre el segundo rescate a Grecia.

El coste del segundo rescate
El Gobierno de coalición griego lleva varios días analizando y discutiendo las medidas del nuevo ajuste que exigen sus socios europeos y el Fondo Monetario Internacional (FMI) a cambio del segundo rescate del país, valorado en unos 130.000 millones de euros.

Según fuentes cercanas a la negociación, y contempla subidas de impuestos y recortes del gasto público. Además, el salario mínimo, 739 euros con 14 pagas, sería reducido en torno a un 22%.

Los ajustes empezarían este mismo año con un recorte del déficit de 3.000 millones de euros, según las mismas fuentes.
El primer ministro griego, Lucas Papademos, dijo a comienzos de esta semana que los recortes acordados tendrían un valor del 1,5% del PIB del país, lo que se traducía en esos 3.000 millones.

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